
Las micros nuevas, no son lo que nos prometieron. Son incomodas, los asientos son estrechos, a veces resbalosos. Muchas veces el chofer (aka operario) frena descriteriadamente haciendo que los pasajero (aka clientes) pierdan estabilidad.
Claro, las micros amarillas, son más rápidas, pero también son más sucias, ruidosas, hediondas y peligrosas. Generalmente no le paran a los escolares y con suerte se detienen en el paradero que corresponde.
Tampoco podemos desconocer el placer que significa viajar en un bus (transantiago) que no tiene música, vendedores ambulantes, músicos callejeros, embusteros de turno y personajes que te restriegan sus miserias en la cara.
Las micros verdes siempre andan con el letrero cambiado o sencilamente no lo tienen puesto. Antes los operarios te saludaban amablemente, ahora uno los saluda y ni te pescan. Los amarillos para que decir, antes que uno pise el suelo ya aceleraron.
Resumiendo, el transantiago no es lo yo esperaba, la micros amarillas obviamente son lejos lo peor y bueno habrá que ver que pasa. Por mientras es lo que hay.
1 comentario:
Los buses son sólo la punta del iceberg, el problema es que el transantiago no se ha acometido como se requería, el plan transmilenio de bogota, que es el plan original, lleva varios años andando y aún queda mucho por hacer, pero los tiempos políticos en este país hacen que las obras se hagan a la rápida y mal. En la teoría es un buen plan, pero hay que ver si alguna autoridad en este país tiene la voluntad y ética suficientes para hacerlo, pero bien hecho, con todo el costo político en términos de impactos urbanos gracias a tacos y demoras que producirá. Pero pienso que es necesario.
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